DONDE CABEN TODOS

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Proyectar, decorar y llevar una casa para una familia de 15 hijos es todo un desafío. Este lugar frente al mar es el vivo ejemplo de que se puede hacer...

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TEXTO: SOFÍA ALDUNATE / FOTOS: ANA MARÍA LÓPEZ


Proyectar, decorar y llevar una casa para una familia de 15 hijos es todo un desafío. Este lugar frente al mar es el vivo ejemplo de que se puede hacer y con creces. Aquí lo importante es estar juntos, disfrutar, desconectarse y contemplar la naturaleza.


Cálida, luminosa y alegre, esta casa frente al mar y en medio del campo fue proyectada para albergar a muchos. Y cuando hablamos de muchos, es en serio: quince hijos y seis nietos. Un grupo unido por la lectura, los deportes, el descanso y la contemplación del paisaje.

El arquitecto Marcelo Cox C. asumió el encargo con el desafío de proteger la casa del viento costero y aprovechar al máximo su entorno. El resultado fue una construcción sencilla y funcional: un gran cubo con corredores que dan a un patio interior, el verdadero corazón de la casa, donde la familia se reúne a todas horas.


El interiorismo fue obra de María José Tagle, quien interpretó el espíritu de la familia: autenticidad, historia y uso cotidiano. “Aquí lo que se rompe, se rompe, la idea es usarlo”, comenta la dueña de casa, reflejando la filosofía relajada y feliz con la que fue pensada esta casa.

Ese estilo acogedor y espontáneo se refleja en cada rincón. Recuerdos de viajes, piezas de cerámica Pitrén, sillas rescatadas y un cuadro pintado por uno de los hijos le otorgan carácter. Mientras tanto, el trabajo paisajístico de Antonia Correa y Anita Saieh logra una frondosidad inesperada gracias al uso de especies resistentes al viento y al clima costero.


Esta casa es un testimonio de que la belleza no está reñida con la funcionalidad. Es un refugio familiar donde siempre hay lugar para uno más, un lugar que nunca está solo y que siempre está vivo.