TEXTO: SOLEDAD GARCÍA-HUIDOBRO

Catalina Swinburn es una artista trashumante que vive entre Argentina, Chile e Inglaterra. Su obra se define por el desplazamiento constante, la portabilidad de los objetos y una estética profundamente conectada con el reciclaje, la historia y el activismo cultural.
“Siempre he vivido entre diferentes países, de forma trashumante”, explica. Este estilo de vida nómade ha definido una práctica artística que le permite trabajar desde cualquier lugar, construyendo obras modulares en papel que puede transportar con facilidad.
Sus piezas, hechas con libros descartados de bibliotecas públicas, se convierten en esculturas portátiles que evocan temas de desplazamiento, memoria e identidad. “¿Qué llevaría conmigo en caso de una emergencia? Soñaba con hacer obras tan portátiles como los libros”, confiesa.
Aunque pasa más tiempo en Londres, no se siente atada a un territorio. Su obra es como una lectura constante, como vivir dentro de un libro. El papel, su principal material, es tejido a mano en una técnica que le da resistencia y conexión ancestral, inspirada en estructuras textiles andinas.

Para Catalina, destruir un libro es equivalente a demoler un edificio. Esa tensión entre memoria y desaparición está presente en toda su obra, que además utiliza el tejido como metáfora de resistencia y feminidad. Sus esculturas-investiduras son frágiles armaduras, símbolos de lucha y permanencia cultural.
En febrero participó en Arco Madrid con Analepsis, una obra confeccionada con votos auténticos del plebiscito chileno de 2020. La pieza generó un fuerte impacto por su carga simbólica y actualidad: “Fue una gran satisfacción que se entendiera como un cambio profundo de cosmovisión”, afirma.
Hoy, trabaja en nuevas series sobre Grecia y mujeres emblemáticas, y prepara una exposición en una capilla bizantina en Londres, donde explorará la desaparición del libro físico frente al mundo digital, usando mármol y mosaicos como materia narrativa.
Desde su mirada trashumante, Catalina Swinburn propone un arte sin fronteras, donde el reciclaje, la resistencia y el legado femenino se entrelazan en obras que viajan tanto como su autora.