REFLEJOS PERSONALES

REFLEJOS PERSONALES

A través de su obra, el artista chileno Lucas Esteves intenta no solo responder a sus propios desafíos, sino que también provocar una reflexión visual que pueda congelar la mirada...

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TEXTO: SOFÍA ALDUNATE / FOTOS: PÍA BAHAMONDES / RETRATO: SILJE PAUL


A través de su obra, el artista chileno Lucas Estévez intenta no solo responder a sus propios desafíos, sino también provocar una reflexión visual que pueda congelar la mirada en nuestra forma de vida actual. Un mundo veloz, superficial y ansioso que busca detener a través del arte.


El primer gran paso en la carrera de Lucas fue en ArtStgo 2017, cuando una de sus obras fue seleccionada por el Museo de Artes Visuales MAVI. Desde entonces, ha transitado por exposiciones, becas y residencias hasta llegar a España, donde reside actualmente. Desde allá, nos comparte su historia marcada por influencias pop, reflexiones sobre el amor y desamor digital, y un fuerte vínculo con la estética de Internet.

¿Cómo ha sido tu experiencia viviendo en España?

Llegué a España en 2021 con una residencia artística. Participé en exposiciones, ferias y trabajé con Galería NAC en la feria SWAB de Barcelona. Irse es necesario cuando la escena local se agota. No ha sido fácil, pero la frustración se convierte en un motor que me hace levantarme más temprano y trabajar más.


¿Cuáles han sido tus influencias?

Desde niño me gustaron el dibujo, las manualidades y la cultura pop. Mi papá coleccionaba cómics, así que estuve muy expuesto a esa estética. Me interesa mucho la comunicación e incomunicación en tiempos de Internet, algo muy propio de nuestra generación.

¿Qué técnicas usas?

Pinto sobre tela con acrílico, usando plantillas y cinta. El acrílico me permite trabajar rápido y en capas, lo que me ayuda a producir varias obras a la vez.

¿Hay alguna obra de la que estés especialmente orgulloso?

Le tengo mucho cariño a +56 9 y a Este mensaje ha sido eliminado, que representa una conversación incoherente por chat.


¿Cómo se relaciona tu obra con el público?

En general ha tenido buena recepción. Hay comentarios, colaboraciones y proyectos constantes. Pero también hay quienes no conectan, y ese es el desafío: comunicar de forma clara sin perder ambigüedad.

¿Alguna anécdota memorable?

Una vez alguien me dijo que “qué lindo me había quedado el Bluetooth”… era una obra de loading. En otra ocasión, una señora en un concurso dijo que su hijo podría haber hecho mejor una pintura mía. Me encantó, probablemente tenía razón.

¿Cuáles han sido tus mayores desafíos?

El primero fue encontrar un lugar en la escena local. Ahora, el desafío es internacionalizar mi obra.

¿Y hacia dónde te gustaría ir?

Estoy trabajando en una exposición individual en Miami. Me interesa seguir con la pintura, pero también explorar la animación 3D y nuevas formas digitales.