FANTASÍA ITALIANA

FANTASÍA ITALIANA

El decorador belga Jean-Philippe Demeyer sumó energía, extravagancia y sabor al restaurante italiano Gigi en Ghent, transformándolo en un festín visual.

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TEXTO: SOFÍA ALDUNATE / FOTOS: ALEXANDER DHIET


Color, energía y una dosis de locura bien medida: el decorador belga Jean-Philippe Demeyer transformó el restaurante italiano Gigi en un festín visual lleno de imaginación y sabor.


En pleno centro de Ghent, entre calles empedradas y canales históricos, se esconde un rincón vibrante de la gastronomía italiana: Gigi. Un espacio creado para celebrar el amor en todas sus formas: per amare e innamorarsi. Y para darle vida visual a esa filosofía, el elegido fue Jean-Philippe Demeyer, un decorador con un enfoque tan explosivo como elegante.

Jean-Philippe concibe cada proyecto como un plato: selecciona los ingredientes —texturas, formas, colores y materiales— con la intuición de un chef. “Nuestro estudio es como un refrigerador lleno de cosas que me apasionan. Cuando llega un cliente, cocinamos algo juntos”, dice. En este caso, el encargo era claro: llevar el espíritu del escapismo italiano a un nivel superior.

El resultado es exuberante y vibrante. Columnas envueltas como nudos venecianos, techos con baldosas en homenaje a Gucci, guiños a la aerolínea Alitalia, esculturas neoclásicas, encajes napolitanos, alfombras que abrazan paredes y techos, referencias al limoncello y una barra revestida en mármol que remata con una Medusa inspirada en Versace. Cada rincón es un estímulo visual cuidadosamente orquestado.


“Me encantan las extravagancias, pero con equilibrio”, afirma Demeyer. Su estilo maximalista no se trata de exceso por exceso, sino de una arquitectura visual que da cabida a la fantasía sin caer en el caos. La estructura lo sostiene todo: es lo que convierte la provocación en arte.

Gigi no es solo un restaurante. Es un viaje emocional y estético, un homenaje sensorial a Italia desde el corazón de Bélgica. Un espacio donde el diseño invita a amar, reír y brindar, como si el Mediterráneo hubiera decidido vivir en Flandes.