Por Kerryn Fischer / Fotos Greg Cox y Frank Features
Ubicado en un jardín exuberante y mágico en las tierras vinícolas de Stellenbosch, Sudáfrica, este fantástico refugio familiar promete aventura en cada rincón. Un lugar asombroso, que suma historia, viñas, juegos, belleza natural y muy buenos recuerdos.
Se dice que algunos de los mejores y más evocadores recuerdos de nuestras vidas nacieron en los jardines de nuestra infancia. Fue esto lo que impulsó a Sue y Bernard Fontannaz a comprar Le Jardin en las tierras vinícolas de Stellenbosch, Sudáfrica, hace 20 años, cuando su hijo Arnaud tenía solo unos pocos meses. “Para ambos, nuestros mejores recuerdos de la infancia estaban envueltos en la libertad de grandes y extensos espacios al aire libre”, explica Sue, quien proviene de una pequeña comunidad agrícola en el Cabo Oriental, mientras que Bernard, de origen suizo, procede de una familia vinícola en Valais. Por supuesto, como enólogo, tenía sentido para Bernard comprar aquí, ya que poco después lanzó Origin Wine, un proveedor especialista integral de vinos sudafricanos de estilo comercial para mercados extranjeros. Después, también compraría la bodega Le Grand Domaine.
El paso del tiempo no ha hecho más que confirmar su entusiasmo inicial al encontrarse con gigantescos cedros del Himalaya, robles centenarios, un magnolio con enormes flores, cientos de especies de rosas, innumerables árboles frutales y de frutos secos, así como un sendero cubierto que conduce a una represa al final del jardín.
Ubicada en el interior de Stellenbosch, Devon Valley es exuberante y pintoresca, un destino singular que mantiene intacto su estatus de lugar fuera de lo común. Cuando Sue y Bernard compraron Le Grand Jardin Villa a finales de los 90, la antigua casa solariega holandesa del Cabo necesitaba cariño y modernización. Y así, su tarea inmediata fue restaurar la casa y restablecer su tradicional estructura en forma de H. Con los años le añadieron una bodega y una sala de verano, seguidas del pabellón de la piscina y el invernadero exterior, e incluso una piscina ecológica ubicada en la pequeña laguna.
“Nuestra idea de crear un lugar mágico lleno de asombro y sentido de la aventura cobró vida propia a partir de entonces”, dice Sue, refiriéndose a cómo cubrieron la casa y el jardín con un carrusel de feria antiguo original de los años 40, así como una caravana de feriante, un rickshaw, un tipi (o carpa) gigante, una casa en el árbol, un resbalín, un sauna y un jacuzzi. Enormes lámparas de araña de barro al aire libre y una búsqueda del tesoro temática de Alicia en el País de las Maravillas, así como un puesto de observación de piratas, un canopy, un tobogán de agua hacia la represa y un puente de cuerda, todo conspira para crear un lugar de cuento.
Paro Sue y Bernard la propiedad es una extensión de su espíritu aventurero. “Tengo una camiseta muy querida con la frase ‘Mantente joven, mantente insensato’, que se ha convertido en mi mantra de vida”, dice Sue. “No creo que ser infantil sea una tontería en absoluto, sino más bien una forma de mantenerse vivo y enamorado de la vida”.
Cuando la familia emigró al Reino Unido hace diez años, su decisión de mantener la casa como base significó que podían compartir sus múltiples maravillas con otras familias que buscaban una experiencia de villa familiar en las tierras vinícolas de Sudáfrica. Atraídos por lugares de belleza natural, energía tranquila y, siempre que sea posible, un buen terroir, Le Grand Jardin Villa es solo una de varias experiencias que ofrecen a través de su empresa de hospitalidad Wonderland Escapes.
Pero Le Grand Jardin sigue siendo su propiedad insignia y el lugar al que regresan tan a menudo como les es posible. “Para nosotros, es nuestro hogar y un recordatorio de algunos de nuestros momentos más felices como familia”, asegura Sue.
