TEXTO: SOFÍA ALDUNATE / FOTOS: FERNANDO MARTOS

Amante del jardín inglés, el paisajista español Fernando Martos ha logrado adaptar este estilo al clima mediterráneo con una sensibilidad estética que cautiva. El resultado: jardines vivos, libres y exuberantes, donde la naturaleza se despliega en todo su esplendor.

Tras estudiar en la Escuela de Paisajismo y Jardinería Castillo de Batres en Madrid, Martos se trasladó al norte de Inglaterra, donde se enamoró del estilo british: vegetación espontánea, diversidad cromática y libertad en la forma. A su regreso, comenzó a experimentar en su jardín familiar en Sevilla, demostrando que el espíritu inglés podía convivir con especies autóctonas del sur de Europa.
Sus proyectos incorporan elementos islámicos y renacentistas, el uso del agua a través de fuentes y piletas, huertos decorativos, pérgolas, sombras y plantas aromáticas. Convierte el huerto en una pieza más del jardín, integrando lo práctico con lo estético.

Para Martos, el éxito de un proyecto depende tanto del lugar como del cliente. “Intento que las plantas estén contentas en el espacio que habitan”, comenta. Su receta: observar, experimentar, acertar y fallar. Sus favoritas: las salvias, por su carácter silvestre y su luminosidad.
Su compromiso con la sostenibilidad es clave. Busca reducir el uso del césped, prioriza especies locales que requieren menos agua y evita fertilizantes químicos. “El jardín debe ser un ecosistema: atraer insectos, aves, vida. No hay que tener miedo a experimentar”, concluye el paisajista que ha hecho de la emoción su firma verde.